La composición de este ensayo experimental, fluctúa entre varios factores importantes que se establecen en la acción directa y en vivo. Por un parte, el músico compone un pilar fundamental ya que es el emisor o productor de un tipo concreto de ondas. La información que formula cada nota, viaja por el espacio hasta llegar a un receptor que lo decodifica y lo interpreta bajo unos patrones establecidos.
Tras su lectura, en un lapso temporal muy corto, se genera un dibujo abstracto lineal. Ese mismo dibujo, cuando se emite a través de un proyector, las líneas bidimensionales se convierten en planos gracias al humo que habita en la sala.
La reacción de la luz se produce condicionada bajo la decisión del músico. En el momento que sucede la siguiente entonación, las formas lumínicas se reconstituyen para adaptarse a la lectura de la información producida. De este modo, la transformación de las formas de luz, funciona acorde a la velocidad de la cadena de notas musicales. Cuando las notas son hiladas, las formas lumínicas acogen la velocidad suficiente como para apreciar una composición animada. Se considera a su vez, la producción de sinestesia visual-auditiva.